Jauregi guía a un Mendizabal eléctrico
Derrotaron a Renobales y Garmendia en un Aritzbatalde lleno hasta la bandera El zaguero de Soraluze recibió el premio al mejor pelotari de la final senior
24.12.07 -
JOSEBA LEZETA
ZARAUTZ. DV. Aitor Mendizabal e Iñaki Jauregi se proclamaron campeones del Torneo EL DIARIO VASCO al derrotar 22-16 a Renobales y Garmendia ayer en la final disputada en el frontón Aritzbatalde de Zarautz, con un ambiente de gala. Un millar de personas se dieron cita en las gradas: pelotazales de toda la vida, algunos que han visto todas las eliminatorias de la competición, seguidores de los ocho finalistas, mucha gente joven, familiares... Daba gusto estar en el frontón.
Ese ambiente ayuda a los partidos, les da vida. Se palpa la tensión, la importancia de lo que hay en juego sobre la cancha. Todo es de verdad. Nada es virtual.
Mendizabal y Jauregi fueron mejores que Renobales y Garmendia. Iñaki Jauregi, el más experimentado de todos los finalistas con 24 años -su edad le impedirá participar en la próxima edición-, presente en la final de hace dos años con el ahora profesional Mikel Olazabal, condujo la electricidad de Aitor Mendizabal, seis años más joven que su zaguero, novato en lides de esta categoría. De hecho, por edad le correspondía jugar en promesas.
Pese a su condición de campeón del cuatro y medio de Elgeta, ninguna organización había osado antes incluirle en la máxima categoría de sus torneos de aficionados. Juan Luis Ubera y Miguel Etxaniz, responsables deportivo del Torneo DV, lo tuvieron claro desde que comenzaron a diseñar la competición. El sitio de un campeón del torneo de Elgeta estaba arriba. Y le pusieron con Jauregi, un zaguero con empaque que debía poner el contrapunto al zurdo antzuolarra. Salió bien.
Mendizabal comenzó dubitativo en cuartos de final. No entró demasiado en juego y dejó hacer. Mejoró en la semifinal de Urretxu y ayer se pareció más aún al delantero atrevido, eléctrico, que se convierte en una dinamo. Genera electricidad continuamente.
«No se puede jugar más con ese cuerpo», escuchamos a nuestro lado. Sorprende que un pelotari con 1,69 metros de estatura posea esa chispa e imprima semejante velocidad a la pelota. Pero lo hace. Y eso es lo que importa.
Además, es rápido de piernas y defiende de maravilla. Resulta muy difícil meterle el tanto. Hay que ajustar muchísimo los remates para encontrar un resquicio. Tampoco se le puede jugar a la derecha sin más ya que despeja bien con esa mano. Incluso ataca cuando se le presenta la oportunidad de entrar de volea con la derecha.
Iñaki Jauregi, su zaguero, ha completado un notable torneo, muy regular. Apenas ha fallado en sus tres partidos. Sigue siendo elegante con ambas manos. Le ves pelotear con tanta facilidad y parece imposible que pierda una sola pelota. Los nervios le han traicionado más de una vez. Esta vez no aparecieron esos errores en hilera que tanto deslucían sus actuaciones. Recibió el premio al mejor pelotari de la final senior.
Dominó a Unai Garmendia y por ahí comenzó a cimentarse el triunfo de la pareja colorada. El zaguero de Legorreta, que defendía la corona lograda el año pasado con Aritz Lasa, se mostró muy seguro, perdió sólo un par de tantos porque se le arrimaron a la pared izquierda. Sin embargo, le faltó extender la pelota, soltar el garrote.
Hemorragia nasal
Tampoco se puede pasar por alto que jugó con dificultades físicas. Una hemorragia nasal que sufrió en el vestuario mientras se disputaba la final de promesas comprometió seriamente su participación en la final. Le atendió el doctor José María Urrutia y al segundo intento le cortaron la hemorragia. Ahora bien, jugó con la nariz taponada, lo que le impedía respirar por ella.
Esa circunstancia provocó que Ugaitz Renobales tuviera que entrar en juego más de la cuenta en situaciones desfavorables para él. Cometió muchos errores, demasiados como para aspirar a la victoria. También se vendió más de lo debido. Pero no se le puede poner ningún pero a su actitud, derivada del estado en el que se encontraba su zaguero. Asumió responsabilidades porque así lo requería la situación.
Mendizabal y Jauregi, que perdían 3-4, abrieron brecha gracias a ocho tantos consecutivos que coincidieron con los instantes de mayor brillantez de Mendizabal (11-4). Cortó con violencia hacia la derecha de Renobales, zurdo como él. Y paró en el txoko con acierto.
Tras el 12-5 se produjo la reacción de los azules. Renobales protagonizó sus acciones más acertadas, acompañadas por una cortada y un pelotazo atrás de Unai Garmendia que acabaron en tanto. Sin embargo, el zurdo de Alegia paró en el txoko a resto de saque y la pelota cayó baja chapa. Se había cortado la reacción.
Los campeones volvieron a abrir hueco y dejaron todo visto para sentencia con el 19-12.