Pelota
Mikel Urrutikoetxea, largo de estatura y largo de golpe
El de Zaratamo y Landaburu se impusieron a Elezkano y Beroiz en el choque de promesas
24.12.07 -
J.L.
ZARAUTZ. DV. Mikel Urrutikoetxea se erigió en el principal protagonista de la final de promesas que ganó con Jon Landaburu ante Elezkano y Beroiz por 22-12, más fácil de lo previsto. Dadas las condiciones de los protagonistas, se presumía mayor equilibrio. Urrutikoetxea se encargó personalmente de que no existiera.
Quien ve por primera vez al delantero de Zaratamo queda sorprendido por su estatura y por lo flaco que es. Aunque roza el 1,90, pese sólo 70 kilos. Sin embargo, no crean que es enclenque, ni mucho menos. Se trata de un pelotari largo de estatura y largo de golpe. Empalma muy bien la pelota, posee una gran palanca y si le cortas a la derecha ya puedes correr hacia atrás.
Mandó con autoridad sobre la cancha del Aritzbatalde como lo había hecho anteriormente en su partido de cuartos de final en Zestoa y en el de semifinales de Urretxu. Entre las tres parejas rivales que han tenido a lo largo de esta competición sólo les han hecho veintidós tantos: cinco Rico-Leunda; otros cinco Jaunarena-Bolinaga; y doce sus rivales de ayer. Estos números no admiten discusión.
Mikel Urrutikoetxea ha evolucionado como pelotari. Siempre ha destacado por su golpe de derecha. Ahora entra de volea con decisión y desparpajo. Aunque ayer guardara los ganchos para mejor ocasión, también ha aprendido a emplear ese arma. Para bordarlo le faltó meter dentro el dos paredes y la dejada de zurda con efecto al ancho que se le escaparon por centímetros.
Jon Landaburu le ha apoyado con solidez. El de Elorrio quizá no haya brillado, pero tampoco ha desentonado. Pierde poca pelota y tiene dos buenas manos. Altísimo, 1,91 de estatura, tiene margen de progresión. Aunque su compañero ha acaparado el protagonismo de su pareja conviene no olvidarse de Landaburu. Habrá que seguir sus pasos.
Elezkano, desacertado
Ander Elezkano no tuvo su mejor día. Sabemos que hace poco sufrió una caída en la que se dañó la muñeca izquierda. Sus ganchos no llevaron esta vez ni fuerza ni dirección. Su paisano Urrutikoetxea -ambos son de Zaratamo- le superó con claridad desde el inicio. Le desbordó con su derecha y con su zurda. El 10-3 estableció una diferencia importante que en lugar de disminuir aumentó a medida que avanzaba la final.
Mikel Beroiz no pudo contrarrestar los huecos que abrió Urrutikoetxea. El zaguero de Huarte, reclutado por Aspe de cara al futuro, peleó, trabajó, cubrió cancha, trató de llevar el juego atrás. Resultó imposible porque Urrutikoetxea decidió dónde y cómo se jugaba.
El espigado delantero de Zaratamo fue nombrado mejor pelotari de la final. Sin discusión.
ZARAUTZ. DV. Mikel Urrutikoetxea se erigió en el principal protagonista de la final de promesas que ganó con Jon Landaburu ante Elezkano y Beroiz por 22-12, más fácil de lo previsto. Dadas las condiciones de los protagonistas, se presumía mayor equilibrio. Urrutikoetxea se encargó personalmente de que no existiera.
Quien ve por primera vez al delantero de Zaratamo queda sorprendido por su estatura y por lo flaco que es. Aunque roza el 1,90, pese sólo 70 kilos. Sin embargo, no crean que es enclenque, ni mucho menos. Se trata de un pelotari largo de estatura y largo de golpe. Empalma muy bien la pelota, posee una gran palanca y si le cortas a la derecha ya puedes correr hacia atrás.
Mandó con autoridad sobre la cancha del Aritzbatalde como lo había hecho anteriormente en su partido de cuartos de final en Zestoa y en el de semifinales de Urretxu. Entre las tres parejas rivales que han tenido a lo largo de esta competición sólo les han hecho veintidós tantos: cinco Rico-Leunda; otros cinco Jaunarena-Bolinaga; y doce sus rivales de ayer. Estos números no admiten discusión.
Mikel Urrutikoetxea ha evolucionado como pelotari. Siempre ha destacado por su golpe de derecha. Ahora entra de volea con decisión y desparpajo. Aunque ayer guardara los ganchos para mejor ocasión, también ha aprendido a emplear ese arma. Para bordarlo le faltó meter dentro el dos paredes y la dejada de zurda con efecto al ancho que se le escaparon por centímetros.
Jon Landaburu le ha apoyado con solidez. El de Elorrio quizá no haya brillado, pero tampoco ha desentonado. Pierde poca pelota y tiene dos buenas manos. Altísimo, 1,91 de estatura, tiene margen de progresión. Aunque su compañero ha acaparado el protagonismo de su pareja conviene no olvidarse de Landaburu. Habrá que seguir sus pasos.
Elezkano, desacertado
Ander Elezkano no tuvo su mejor día. Sabemos que hace poco sufrió una caída en la que se dañó la muñeca izquierda. Sus ganchos no llevaron esta vez ni fuerza ni dirección. Su paisano Urrutikoetxea -ambos son de Zaratamo- le superó con claridad desde el inicio. Le desbordó con su derecha y con su zurda. El 10-3 estableció una diferencia importante que en lugar de disminuir aumentó a medida que avanzaba la final.
Mikel Beroiz no pudo contrarrestar los huecos que abrió Urrutikoetxea. El zaguero de Huarte, reclutado por Aspe de cara al futuro, peleó, trabajó, cubrió cancha, trató de llevar el juego atrás. Resultó imposible porque Urrutikoetxea decidió dónde y cómo se jugaba.
El espigado delantero de Zaratamo fue nombrado mejor pelotari de la final. Sin discusión.
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