ENRIQUE ECHAVARREN
TRICIO. DV. Tricio entero está de luto. La noticia de la muerte de Augusto Ibáñez Pérez, el padre de Titín, conmovió ayer a todo el pueblo, una pequeña localidad riojana que no llega al millar de habitantes, situada a un kilómetro escaso de Nájera y famosa por sus pimientos y por la fiesta del caracol -a los lugareños les llaman caracoleros-. Augusto Ibáñez, de 80 años, tenía el corazón delicado.
Ayer dejó de funcionar tras presenciar una trifulca en la que se vieron inmersos sus hijos y sus nietos en la plaza de Tricio con un grupo de inmigrantes. La familia Ibáñez se había reunido para celebrar el cumpleaños de la madre de Titín, Flora Sacristán Ojeda. Augusto Ibáñez sufrió un infarto y falleció en el acto. El festejo acabó en tragedia.
Justo una semana antes de que su hijo, Augusto, dispute en el frontón Ogueta de Vitoria la final del Campeonato del Cuatro y Medio ante Abel Barriola. Los funerales son hoy, a las 16:30, en la iglesia parroquial San Miguel de Tricio.
La pelota era su gran pasión. Primero de la dinastía de pelotaris riojanos -el apodo de Titín viene de su hermano gemelo Agustín, también fallecido-, llegó a ser profesional durante dos décadas. Sus hijos, Agustín, Augusto y José Miguel recogieron después el testigo. Y su último nieto, Óscar, de cuatro años, el hijo pequeño de Titín, también quiere ser pelotari. Sería el quinto de la saga que él inició.
Tuvimos la ocasión de hablar con él en Tricio hace tres días, mientras realizábamos este reportaje con motivo de la final de la jaula. Nuestro encuentro fue casual. Tuvo lugar en la farmacia del pueblo, mientras recogía unas recetas. «Tengo el corazón un poco delicado, pero vamos tirando. Lo llevo bien», nos dijo mientras conversaba con su amigo Fermín Leza, de 82 años, con quien coincidió haciendo el servicio militar en Logroño.
No tenía previsto acudir el domingo al Ogueta a ver a su hijo. «Si quisiera ya iría. Ya he estado en las otras finales que ha jugado, pero estoy mejor en casa que en el frontón. Además, ayer -por el jueves- Augusto llamó a casa para decirme que ya no tenía entradas. Me comentó que un primo le había llamado para pedirle diez o doce entradas y que no pudo atenderle. Todos quieren ir a verle a Vitoria y se está volviendo loco para intentar cumplir con todos los compromisos».
«Los hijos van por mí»
«Ya van los hijos por mí -añadía-. Han hecho un plan para ir a Vitoria por la mañana, pero a mí se me hace muy largo estar todo el día fuera de casa. Además, no me gusta beber».
Titín I recordaba una época en la que «comprar zapatillas para jugar a pelota era un lujo. En mis tiempos lo hacíamos hasta descalzos. El suelo del frontón era muy rugoso y siempre teníamos ampollas en los pies». Y bromeaba cuando le requerimos que nos comentase cómo era su hijo de pequeño. «Era un chaval normal, como todos los del pueblo. Estaba todo el día jugando y saltando por ahí. Los padres tenían que venir a buscar a sus hijos al frontón para llevarles a casa a comer. Yo no. Vivíamos enfrente y con pegarles un grito era suficiente».
Luis Ignacio Marín, de 65 años, casado desde hace 26 con Adelina Asensio Ibáñez, prima carnal de Titín, y hermano del cronista de pelota y ex pelotari Valentín Marín, no era de la misma opinión. «Sus amigos le llamaban malastripas, por su mal genio. Era muy travieso, y lo sigue siendo. Cuando veía al difunto Isidro Anguiano le llamaba comunista para sacarle de sus casillas. Y lo conseguía. ¿Comunista tú!, le respondía». «Él y sus hermanos estaban todo el día metidos en mi casa, con mis hijos, o en el frontón. No era tan malo como dice éste», apostilla su mujer.
José Luis estuvo trabajando dos años de moldeador en la fábrica Orbegozo de Zumarraga y se jacta de ser el descubridor de Titín. «Yo le enseñé a jugar a pelota. En el pueblo había otros chavales que jugaban mejor a pelota que él, pero a base de esfuerzo y sacrificio ha logrado llegar arriba. Comenzó a destacar como aficionado y había otros que llamaban más la atención que él, como Gorostiza o Santi, pero el único que ha llegado a figura ha sido Augusto», dice.
Manuel Anguiano paseaba por la plaza mayor, bien abrigado. Nació en Tricio en 1932. «El mismo año que se construyó el frontón», proclama orgulloso. «Aquí le he visto pegar los primeros pelotazos a Titín. A él y a sus dos hermanos, Agustín y José Miguel, quienes también fueron pelotaris. Mi hija Belén fue con él al colegio, son de la misma edad, y de pequeño ya destacaba en todos los deportes. No ha sido de hacer muchas fechorías. En un pueblo pequeño como éste, al final todo se sabe».
Jubilado hace años tras haber trabajado en una carpintería, vive en la calle general Mola, la misma que el padre de Titín. «Cuando Augusto se casó, se fue a vivir a Logroño. Sigue viniendo a Tricio, pero no tanto como antes».
«Tricio le debe mucho»
«Tricio le debe mucho a Titín», nos decía Alfredo Osinga, que regenta la farmacia de Tricio desde hace cinco lustros. Nacido hace 53 años en Pamplona pero con familia en Sarasate, se muestra orgulloso de «ser navarro». «La pelota la hemos dominado siempre nosotros», dice medio en broma medio en serio. Pero también admite que Titín «es un pelotari especial. Es el más atractivo para verle jugar. Tiene un algo que le hace diferente a los demás. Conecta con el público desde que sale del vestuario. Reconozco que no soy objetivo, pero Titín es único».
La diferencia de edad no les impidió entablar una amistad que aún perdura. «Cuando llegué a Tricio no le conocía. Yo era mayor que él, tenía mis amistades y él las suyas. Posteriormente hemos tenido más relación. Suelo jugar al punto con él».
«Aquí, en Tricio, y en toda La Rioja, hay mucha afición a la pelota. Todo el mundo entiende de pelota -añade-, sobre todo los mayores. Soy navarro y Barriola me parece una gran persona, pero quiero que Titín gane la txapela, se la merece. Lo tiene muy difícil, pero creo que el Ogueta le va mejor a Titín que a Abel. El saque será determinante».
Óscar Olalla es el encargado del Hogar de la Tercera Edad de Tricio, junto a la plaza mayor, lugar donde se reúnen todas las fuerzas vivas del pueblo. En febrero se cumplirán tres años desde que abandonó el negocio que tenía en Logroño y se vino a vivir a Tricio, donde su mujer, Ada, regenta una casa rural.
Natural de la localidad riojana de Villamediana de Iregua, pueblo natal también de Bernabé Herrero, Berna, zaguero de Titín en numerosos partidos, califica a Augusto como «muy campechano, agradable, divertido».
Desvela que «la final la veremos aquí, en el bar. Cuando juega Titín esto se llena. Apagamos las luces y suele haber un buen ambiente. Aquí no tenemos apuestas. Alguna vez hemos jugado diez euros, pero poco más. ¿Si ganará Titín? Claro que sí. Ya le toca, se lo merece. Puede que sea la última oportunidad y no debe desaprovecharla».
PELOTA
Fallece el padre de Titín de una parada cardiaca en Tricio
- Presenciaba una pelea de sus hijos y nietos con unos gitanos portugueses en la plaza del pueblo
- Los hechos sucedieron, a una semana de la final, después de una comida familiar para celebrar el cumpleaños de la madre
DDN . PAMPLONA Lunes, 26 de noviembre de 2007 - 04:00 h.
Augusto Ibáñez Pérez, el padre de Titín, falleció ayer a la edad de 80 años de una parada cardiaca, en Tricio sobre las 16 horas, según La Rioja, mientras presenciaba una pelea entre sus hijos y nietos con unos gitanos portugueses.
Augusto Ibáñez Pérez, el padre de Titín, falleció ayer a la edad de 80 años de una parada cardiaca, en Tricio sobre las 16 horas, según La Rioja, mientras presenciaba una pelea entre sus hijos y nietos con unos gitanos portugueses.
Tras la comida de celebración del cumpleaños de la madre, Flora, los nietos salieron a jugar a la plaza, próxima a la casa familiar, y allí comenzaron a reñir con otros niños. La cosa fue a más, salieron los hermanos Ibáñez Sacristán (son tres Agustín, Augusto y José Miguel), y se enfrentaron a los padres de los otros niños. El padre, que tenía el corazón débil y bajo cuidados médicos, presenciaba la trifulca, sufrió la parada cardiaca y falleció en el acto. Los funerales serán hoy mismo en la parroquia de San Miguel de Tricio a las 16.30 horas.
La consternación en el pueblo fue total por que Augusto Ibáñez Pérez, Titín I, era muy querido, y su hijo, Titín III, jugará la final del Cuatro y Medio el domingo próximo en Vitoria.
Titín I junto a la foto de campeón aficionado de parejas con Barberito NAVI
SEMBLANZA J.M.E.
Un hombre tranquilo
Lunes, 26 de noviembre de 2007 - 04:00 h.
N O pensaba viajar a Vitoria para ver la final de su hijo. Pensaba seguirla, seguramente, en el bar del pueblo y, si no, en su casa. Avisaba que, pese a dejar de ver en algunos momentos la semifinal con Barriola, no pensaba ponerse nervioso. Son muchos los partidos de sus hijos, sobre todo de Augusto, Titín III, que ha visto este octogenario, que además fue cocinero antes que fraile.
N O pensaba viajar a Vitoria para ver la final de su hijo. Pensaba seguirla, seguramente, en el bar del pueblo y, si no, en su casa. Avisaba que, pese a dejar de ver en algunos momentos la semifinal con Barriola, no pensaba ponerse nervioso. Son muchos los partidos de sus hijos, sobre todo de Augusto, Titín III, que ha visto este octogenario, que además fue cocinero antes que fraile.
Habla con tranquilidad, insistía en que sólo quería que su hijo hiciera un buen partido. Ni siquiera pedía la victoria. Sólo que jugara como él sabe, y sin perder las formas y maneras. "No pasa nada por perder, sé aceptarlo", repetía una y otra vez. "Sé aceptarlo", insistía con serenidad, absolutamente ajeno a que la final la verá desde el cielo.
Titín I, recuerdan compañeros del diario La Rioja, se hizo famoso pelotari en su juventud destacando en su época en el campo aficionado como zaguero. Augusto padre llegó a quedarse campeón de España haciendo pareja con Abel San Martín, Barberito I, en las finales del Torneo Aficionados jugadas en Barcelona en 1947, pese a la gran talla de sus rivales.
Titín colaboró eficazmente con su compañero de Baños de Río Tobía, quien al día siguiente fue también ganador en la modalidad de mano individual. Fueron triunfos que dieron gloria a la pelota riojana, a la que hasta entonces se la miraba por encima del hombro desde el norte.
Ambos, cuentan en el diario La Rioja, protagonizaron partidos memorables contra parejas destacadas cuando se hicieron profesionales, especialmente en el desaparecido "Beti Jai", de la logroñesa calle Juan XXIII. Tras unos años como profesional, volvió a pasar al campo aficionado, donde llegó a intervenir hasta en 31 partidos durante un mes de agosto formando pareja con Domingo Sacristán, también de Tricio. La presencia de esta pareja ocupó cartel destacado en los programas festivos de las localidades riojanas y en el entorno.
En los primeros campeonatos manomanistas en la trayectoria profesional de Titín III, Augusto ejerció para él de botillero. A diferencia del hijo, explosivo delantero, se le recuerda como un zaguero muy segurola, de los que devuelven todas las pelotas hasta aburrir al frontis. En los frontones de cancha seca resultaba muy difícil ganarle un tanto. Fueron muy celebrados sus partidos aliado con Barberito para hacer frente a los hermanos Ubilla, combinación que se repitió en varias ocasiones.
Augusto Ibáñez Pérez recuerda perfectamente aquellos años en que recorría los frontones. El pasado jueves no dejó de rememorar y preguntar por uno de sus amigos de entonces, el lodosano José Esparza, con quien coincidió en numerosas ocasiones.
Hombre pausado y tranquillo, muy de su casa, reservado, querido en el pueblo, amable, tenía muy interiorizados los muchos recuerdos de entonces. El presente de la pelota para él se llamaba Titín III, pero sin olvidar a cualquiera de los muchos compañeros de su hijo. Deseaba que ganara su hijo, pero por decirlo de una manera gráfica, no quería que perdiera ninguno de sus rivales.
Persona muy afable, se encontraba agusto hablando de pelota, e insistió a su mujer, Flora, para que sacara un trozo de chorizo con un vaso de "rioja" para acompañarlo. No necesitaba salir del pueblo para entretenerse. Acaba de asar unos pimientos. En fin, imposible pensar lo de ayer...
Augusto ha ido a reunirse con su hermano gemelo Agustín, aquel a quien sustituyó en algún partido sin que el contrario se diera cuenta. Desde allí acompañarán a Augustín en la final.
ANIMO A TODA LA FAMILIA!