Pelota
Aitor Elkoro, adiós a los 40
El zaguero de Elgeta se retira tras dieciséis años como profesional. Debutó en 1987, se recalificó un año después y volvió en 1992 con Asegarce.
JOSEBA LEZETA

SAN SEBASTIÁN. DV. Aitor Elkoro dejará de ser manista de Aspe a finales de este mes o durante diciembre. A sus 40 años -cumplidos el 7 de agosto- ha decidido que le ha llegado la hora. Tras comprobar que ya no contaba demasiado para los rectores de su empresa, el zaguero de Elgeta ha puesto punto final a su carrera en la élite, aunque no descarta «seguir en activo a un nivel inferior para matar el gusanillo de la pelota». Lo haría, si se presentara la ocasión, en el seno de alguna empresa pequeña.
«No me siento suficientemente motivado para jugar cada quince días o cada tres semanas en terceros partidos», apunta Elkoro. «Ante esta situación, hablé con Fernando Vidarte y quedamos en jugar mi último encuentro en noviembre o diciembre. Mi intención es que me programen en un primer partido, en una buena combinación y despedirme de esta manera ante los pelotazales, sin homenajes de ningún tipo».
Un problema en su mano derecha ha trastocado los planes iniciales del pelotari y de la empresa: «Andaba con molestias en el callo y me lo abrieron. Quiero recuperar la mano para jugar en condiciones el partido de retirada. Me gustaría disputar un par de encuentros antes del último. Esta semana quiero hacer algún entrenamiento para comprobar el estado de la mano antes de regresar a las programaciones. Quizá este contratiempo retrase algo el partido de despedida».
Elkoro firmó su último contrato con Aspe en febrero de este año. Su duración era, en principio, de un año, «pero ya he cumplido el número mínimo de partidos que contemplaba lo que firmamos. Desde ese punto de vista hemos cubierto los compromisos adquiridos por las dos partes».
Aitor Elkoro suma dieciséis años de profesional distribuidos en dos épocas. La primera resultó efímera. «Duró año y pico. Debuté con Empresas Unidas en Bergara, en 1987. Tenía 19 años. Conmingo debutó Zabala. Aquello no funcionó y apenas un año y unos meses después me recalifiqué como aficionado».
Segunda época
Tardó cuatro años en regresar a la élite. De aficionado le tocó medirse con los Titín, Capellán... Se imponía atrás en los partidos de parejas y demostraba que había adquirido un nivel alto. Asegarce, que daba sus primeros pasos en la mano profesional, le puso el lazo y debutó por segunda vez el 5 de octubre de 1992 en el Santanape de Gernika.
Nada más empezar alternaba con eficacia en los estelares de la empresa, entre los mejores delanteros y zagueros. No sólo eso. Se atrevió con el mano a mano y en 1997 alcanzó la final del Manomanista de Primera, que perdió frente a Fernando Arretxe por 22-18 en el Atano III de Donostia. Atravesaba su mejor época. En 1998 disputó la final del Campeonato de Parejas con Jokin Etxaniz, actualmente su director deportivo, frente a Unanue y Errasti. El de Bergara y el de Elgeta cayeron 21-22 en un choque emocionantísimo e incierto. Se proclamó campeón de Euskadi de parejas en 1996.
En 1998 Aitor Elkoro cambió de aires. Dejó Asegarce y recaló en Aspe, entonces de reciente creación. Fue uno de sus fundadores. Pagó la cláusula de rescisión y se marchó junto a varios manistas más, incluido Titín.
En aquella época convulsa para la pelota a mano desde el punto de vista profesional, el año 1999 trajo consigo dos campeonatos de parejas, uno por empresa. Elkoro ganó el de Aspe acompañado de Olaizola I frente a Mikel Goñi y Ceceaga, a los que batieron 22-15.
Por lo tanto, permaneció casi seis años en Asegarce y algo más de nueve en Aspe. Unidos al año en el que anteriormente militó en Empresas Unidas suman dieciséis. Quedará para el recuerdo una zurda magnífica, segurísima, así como la victoria lograda ante Patxi Eugi en una eliminatoria del Manomanista de 1997, el 5 de abril y en el Labrit de Pamplona. Le barrió con una exhibición increíble. Nadie pensaba que Elkoro fuera capaz de jugar tanto mano a mano.

SAN SEBASTIÁN. DV. Aitor Elkoro dejará de ser manista de Aspe a finales de este mes o durante diciembre. A sus 40 años -cumplidos el 7 de agosto- ha decidido que le ha llegado la hora. Tras comprobar que ya no contaba demasiado para los rectores de su empresa, el zaguero de Elgeta ha puesto punto final a su carrera en la élite, aunque no descarta «seguir en activo a un nivel inferior para matar el gusanillo de la pelota». Lo haría, si se presentara la ocasión, en el seno de alguna empresa pequeña.
«No me siento suficientemente motivado para jugar cada quince días o cada tres semanas en terceros partidos», apunta Elkoro. «Ante esta situación, hablé con Fernando Vidarte y quedamos en jugar mi último encuentro en noviembre o diciembre. Mi intención es que me programen en un primer partido, en una buena combinación y despedirme de esta manera ante los pelotazales, sin homenajes de ningún tipo».
Un problema en su mano derecha ha trastocado los planes iniciales del pelotari y de la empresa: «Andaba con molestias en el callo y me lo abrieron. Quiero recuperar la mano para jugar en condiciones el partido de retirada. Me gustaría disputar un par de encuentros antes del último. Esta semana quiero hacer algún entrenamiento para comprobar el estado de la mano antes de regresar a las programaciones. Quizá este contratiempo retrase algo el partido de despedida».
Elkoro firmó su último contrato con Aspe en febrero de este año. Su duración era, en principio, de un año, «pero ya he cumplido el número mínimo de partidos que contemplaba lo que firmamos. Desde ese punto de vista hemos cubierto los compromisos adquiridos por las dos partes».
Aitor Elkoro suma dieciséis años de profesional distribuidos en dos épocas. La primera resultó efímera. «Duró año y pico. Debuté con Empresas Unidas en Bergara, en 1987. Tenía 19 años. Conmingo debutó Zabala. Aquello no funcionó y apenas un año y unos meses después me recalifiqué como aficionado».
Segunda época
Tardó cuatro años en regresar a la élite. De aficionado le tocó medirse con los Titín, Capellán... Se imponía atrás en los partidos de parejas y demostraba que había adquirido un nivel alto. Asegarce, que daba sus primeros pasos en la mano profesional, le puso el lazo y debutó por segunda vez el 5 de octubre de 1992 en el Santanape de Gernika.
Nada más empezar alternaba con eficacia en los estelares de la empresa, entre los mejores delanteros y zagueros. No sólo eso. Se atrevió con el mano a mano y en 1997 alcanzó la final del Manomanista de Primera, que perdió frente a Fernando Arretxe por 22-18 en el Atano III de Donostia. Atravesaba su mejor época. En 1998 disputó la final del Campeonato de Parejas con Jokin Etxaniz, actualmente su director deportivo, frente a Unanue y Errasti. El de Bergara y el de Elgeta cayeron 21-22 en un choque emocionantísimo e incierto. Se proclamó campeón de Euskadi de parejas en 1996.
En 1998 Aitor Elkoro cambió de aires. Dejó Asegarce y recaló en Aspe, entonces de reciente creación. Fue uno de sus fundadores. Pagó la cláusula de rescisión y se marchó junto a varios manistas más, incluido Titín.
En aquella época convulsa para la pelota a mano desde el punto de vista profesional, el año 1999 trajo consigo dos campeonatos de parejas, uno por empresa. Elkoro ganó el de Aspe acompañado de Olaizola I frente a Mikel Goñi y Ceceaga, a los que batieron 22-15.
Por lo tanto, permaneció casi seis años en Asegarce y algo más de nueve en Aspe. Unidos al año en el que anteriormente militó en Empresas Unidas suman dieciséis. Quedará para el recuerdo una zurda magnífica, segurísima, así como la victoria lograda ante Patxi Eugi en una eliminatoria del Manomanista de 1997, el 5 de abril y en el Labrit de Pamplona. Le barrió con una exhibición increíble. Nadie pensaba que Elkoro fuera capaz de jugar tanto mano a mano.
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